viernes, febrero 03, 2012

La ilusión de mis limoneros

Pensando en tu corazón vacío, pasé la noche flotando sobre el mar, donde no escuché la música de las olas ni se reflejó el brillo de las estrellas. Al alba, pregunté a la montaña por el hielo de tu silencio y he vuelto solo con el frío adherido a mis huesos y el yugo de la nieve sobre mis hombros. Y entonces, en un último intento, sin armadura y portando mi honesta bandera azul, me he parado frente a los ejércitos de tus ojos y he vuelto sangrando la espada de tu mirada por una vana batalla sin sentido.

Con mis alforjas ajadas de tristezas y casi sin brío, aquí me encuentro, sanándome al costado derecho de la luna, queriendo plantar una semilla de entendimiento en la tierra de mi desconsuelo y atesorando una a una, en el recuerdo de mi inmenso cariño, las interminables aventuras de niños traviesos, sin pretensión de corona alguna.

Distanciado de tu camino de amenazantes nubes negras, que llueven dagas con sus truenos, en el destino suicida de tu exterminio del honor, en cada plenilunio el resto de mi existencia, preguntaré al cielo, donde estará tu rostro de mármol con cáscara de sol, y quizás pensaré sea sonriendo, queriendo succionar los frutos jugosos de otro campo de limones amarillos, en las cosechas del alma de un ingenuo nuevo amigo.

P-Car


1 comentario:

  1. A veces solo nos queda pensar, donde andará?...lo mejor es dejar que tome vuelo y atesorar lo bueno que ha quedado.
    Hermosos versos Patricia.
    Te djo un beso.

    Te invito a que me visites.

    ResponderBorrar

Mi cofre de tesoros!