sábado, julio 29, 2017

Inexistencia


Al franquear el núcleo de mi cuerpo
fantaseaba con los tornasoles  
de una felicidad nueva.

Y es que tan intenso fui tuya
como yo, insondable te amé.

Mi revolución visceral no advirtió
las viscosas dosis de agonía
que en mí...
lento derramabas.

Hoy, tu palpitante dominio,
vacío,
es sequedad, es desidia, es condena.

Es morir, como mueren en masa las gardenias
sin la humectación espiritual de la primavera.

Tallaré lo que pienso en una piedra:
tu ausencia...
no es lo mismo que tu no presencia.

Por ello, con dolor criminal digo
que el único prodigio dable para mi vida
es que tú, mi bien amado…
nunca…
¡nunca hubieses existido!



P-Car


sábado, julio 15, 2017

Único

Si después de expresar que me amabas
me hubieses hecho el alcance
que tu sentir sería breve…

Si antes de ser tuya
hubiese, al menos, presentido
que tu pasión duraría un instante…

Si alguien me hubiese advertido
que con tu ausencia
sentiría esta inmensa tristeza
y la constante nostalgia
de querer volver a tus brazos…

Si hoy pudiese -providencialmente-
volver en el tiempo, para
borrar el encuentro,
el contacto y la magia,
la rapsodia y las estrellas,
la emoción y las lágrimas,
el sentimiento y el alma…
definitivamente…
¡no aceptaría!

Eso es ¡único!
-e infinitamente mío-
así como lo eres tú…
irrepetible amor querido.


P-Car

miércoles, julio 12, 2017

Tres puntos suspensivos

Entre tu plan y mi ideal, la arquitectura del cielo.
Entre tu sopor y mi tango, el devenir y la usanza.
Entre tu sudor y mi deseo, un alcor de nostalgias.

Entre tu vacilación y mi oda, tres puntos suspensivos:
extensos, inexorables, indelebles, perennes, implacables.

Todo lo arruinamos:
la cita y el abrazo,
la fe y la entelequia,
el signo y el sentido,
el perdón y el suspiro.

Lo concreto del ahora
es la más cruda ironía:
un amor indomable
en la mirada hambrienta  
de una voraz desesperanza
clamando alto
-en tácito silencio-
al tiempo y a la suerte
al milagro y al corazón
al destino y al olvido.

Sí, ¿quién lo diría?
un amor irrepetible
mintiendo y desmintiendo,
en medio de una rara quietud
-como aquel suave aire tibio
antes de la asesina tormenta-
en cada soledad de la piel
y en lo más puro del alma.


P-Car



sábado, julio 08, 2017

Aún

Si el amanecer
descorre la niebla de mi ventana
y me incita al pensamiento profundo…

Cuando detengo mis pasos
al necesitar mi aura el cobijo
de la única sombra en el cielo…

Si la noche se torna
tan dramáticamente oscura
que enceguece mi real realidad…

y mi piel cae en la cuenta
de la infinidad de estrellas
que ya no iluminan mis venas.

Cuando intenso extraño
los extensos besos y abrazos
que silenciaban el tímido silencio
de un amor que no cabía en el pecho.

Entonces…
mi corazón se ensancha
y mi aguerrida boca se atreve
a modular lentamente tu nombre…

el que, duele en mis labios
para luego caer sentenciado
a un vacío ilimitado…
sin señales
sin acuerdos
sin esperanza. 

Solo cuando todo aquello sucede
mis firmes pilares se estremecen.

Y mi mundo pareciera desplomarse
porque en esos instantes infinitos
en que mi fuerza es rompible  
y mi alma llora lo imposible
…aún te amo.



P-Car

miércoles, julio 05, 2017

Privilegio

Te tengo perspicaz, en mis ondas de pensamientos,
yendo y volviendo, por los estatutos de mi mente.

Diestra, en mi estelar carretera
con incontables rayas mundanas a mis costados
a prontitudes que solo conoce el tiempo
te pienso y te quiero.

Con la suavidad y profundidad
con que el viento toca las copas de los árboles
con altura de miras, millonaria de tactos,
te acaricio y te amo.

En la deseable humedad
de tu oceánica fuente
temblorosa de mí, sísmica de yermo,
íntimamente ¡te adoro y te deseo!

Te imploro (ah, no sabes cuánto)
en el tibio silencio que empolla versos,
al instante que corazón y alma se alinean.

Con eterna fe, eterno te idolatro
iluminada por el futurista recuerdo
que mis horizontes tienen de lo nuestro.

De esto nuestro que, en estos tiempos,
es inmune a las fatales tendencias:
Sin invasiones,
sin discusiones,
sin alteraciones
¡no hay término!

En el seno, con igual paz que vehemencia
un infinita impronta estamos gestando.

El juicio se tornó neblina.
La sentencia habla por los efectos:
Privilegio de amor para ti.
Privilegio de amor para mí.
¡Adorémonos condenados!




P-Car