miércoles, julio 22, 2015

Y después de todo


Y después de todo… ¿qué quiero? Entonces se atolondra al primer lugar la pregunta ¿quién soy? Claro, certeza tengo que soy una porción del pasado con sacudidas de recuerdos, una historia que queda tatuada y una herencia de amor. También, la mezcla justa de piel y sentimientos, sosteniendo en las articulaciones, fragmentos de sueños repetitivos.

A veces, soy una cúpula traslúcida. Una que necesita para ser feliz, roces suaves y luces cálidas, pero que está instalada en medio de torres de cemento, expertas en guardar arcas de ego y oro, custodiadas por espléndidas siluetas de rostros perfectos. Arquitectura que no sensibiliza corazones, al contrario, genera envidias y odiosidades, pero hace creer a sus habitantes, que son sólidos y exitosos.  

Oh ¡Cuántos errores veo, desde este pequeño nido de cristal que roza las nubes del cielo! A veces, me siento triste y compasiva por las personas malvadas, ciegas, vacías, superficiales. Luego, sin hallar ningún remedio a tanta inercia, me aturdo, lo olvido.

Soy y no soy, en medio de esta selva sin hojas, de donde el fruto dulce y auténtico, emigró hace cien primaveras.

Me levanto con lo que siento. Estar enamorada es mi esencia: de la vida, del amor, de la poesía. Erijo cada día algo grande, que después de una seguidilla de suspiros famélicos, busca la grandeza espiritual de la noche, con esa magia única de la luna, el sueño lúcido de un beso, una copa del color de la sangre oscura y en mi cabeza, las líneas pálidas de un verso, que sustrae de la quimera infinita, una nueva versión de la esperanza.  

¿Quién soy? ¿qué quiero? No es algo decidido. El amor que palpita en mis venas, mi fe, mi disposición a vivir, son mis cimientos. Me construyo cuando inhalo el alba. Soy, lo que me trae cada día, y no aspiro a más que lo que la noche me regala. Qué importa nada, si estoy aquí, amando todo, lo bueno y lo malo.

Fracturas, si, las hay y duelen, nos afectan, nos desarman por eternos períodos invernales, pero qué importan si tenemos la fuerza y sabiduría, para de ellas aprender y sanarlas. Y yo aprendí que la soledad no es una situación, es un estado. Con Dios cercano, nunca estoy sola y Él me ha hecho creer en mí. ¿Cómo puedo sentirme solitaria? si soy mi mejor amiga, mi más honesta y fiel compañía.

Me importa la ignorancia de lo vital, pero, cada quien con su aprendizaje y destino. No es posible vivir la vida de otros, como tampoco, nadie vivirá la mía.

Hoy, me tengo más que nunca. He deshecho la formalidad de los testamentos y sigo siendo la publicista número uno de mis particulares proyectos, pero lo principal es que cuento con mi coraje, mi descendencia, mi alma, mis suspiros junto a la bendición y emoción sin igual de ser… ¡POETA!



P-Car

martes, julio 14, 2015

Cuando creo


Cuando no hallo tu piel, luego de soñar que te acaricio entero, compruebo que esta realidad, sin ti, no vale nada. Cuando intuyo que tal vez nunca más nos será permitido estar unidos, siento que en mi pecho, mi corazón está sin latidos. Cuando creo que nunca más he de sentir tu boca, tu voz, tu risa, tu mirada, tus manos, tu calor, tu cuerpo y un te amo de tus labios… llega el vértigo, la fuerza se va, se acorta mi respiración, me invade el vacío, mi esperanza se hace trizas. Entre inspiraciones etéreas y líneas yermas, se me desmaya el alma, se me escurre la vida.

P-Car 

domingo, julio 05, 2015

Esta noche

Esta noche
toma mi mano
y llévame donde hay brisa

Esta noche… no dejes mi alma en soledad
que las estrellas no son suficientes
para la oscuridad que me embarga

Sostenme, quédate junto a mí
y dame tu calor
Háblame de lo verdadero
del cielo, de lo eterno

Cuéntame la fábula del reloj
y hazme creer que todo estará bien
No quiero imaginar la tragedia
ni lo impredecible del mal

Tampoco, la muerte que acecha
en cada segundo que respiramos

Arráncame del corazón
el temor a los finales
imaginando que alguna vez
a mi lado podrías no estar

Esta noche, sin temor
una y otra vez diré que te amo
pero no me dejes ni un momento
que esta noche… mi amor…
esta noche… de todo el resto y lo demás
tengo miedo


P-Car