miércoles, abril 30, 2014

No lo sé

Puede ser que haya sido el alba de hoy,
particularmente claro…

o tal vez un viento tibio
que llega de la montaña
a mecer la niña de mi alma

o quizás son solo mis labios
cansados del frío
que siempre desean ser leña en tu boca…

junto a la vulnerabilidad de mi piel
que jamás renuncia al sueño
de arribar en tus brazos.

No lo sé…
solo sé que mi corazón
cansado de silencios que lo apelmazan
hoy necesita decir estas dos palabras:

Te amo.


P-Car



domingo, abril 27, 2014

Palabras


Es tan extraña la determinación de olvidar. Luego de haber prometido borrarte, vuelven como palomas desorientadas, mis momentos eternos e instantes infinitos contigo, en que el único olvido que acepto, es el de olvidar olvidarte.

Predominan los días en que te imagino en todas partes y excesivas noches en que ansío me beses, me toques, me ames. Mil veces me beses, toques y ames.

Y me pregunto qué hago con aquella absurda promesa, si de verdad eso es solo una noble intención, una necesidad quizás, pero en definitiva son palabras y lo que yo siento, es algo genuino de mis sentimientos.

Sí… ¿qué haré contigo y con este amor inmenso que se arraigó con todo a mi alma? y… ¿qué haré con esta alma mía que cada vez que respiro tu recuerdo, menos me cabe en el pecho?

No espero respuestas, solo decido cada vez, entregarme a lo que siento, sin emprender batallas tantas veces perdidas, que me quitan fuerza y aumentan la melancolía de tu distancia.

Si el cielo quiere, me enviará un olvido auténtico, que no esté infructuosamente ligado a mis íntimos deseos, a la pureza de mis versos ni a mi sentir cristalino, sino a un designio divino, distinto al de vivir queriéndote como te quiero.

Y si el cielo nunca lo hace, he de aceptar este destino y entender sin dolor, que, en el nido de mi corazón, te amaré por siempre y te añoraré abrazado a mi alma y piel… infinitamente.


P-Car

sábado, abril 26, 2014

El color de la tristeza

Nubes preñadas de lágrimas
parieron cataratas.
Aquel ocaso te fuiste de mí
y yo… te dejé ir.

Antes que desaparecieras
con apremio envolví en mi alma
- protegiéndolos del olvido -
el recuerdo de tu voz, de tu aroma, de tu silueta
y de tu última mirada.

Fue un instante de amor sin igual
en que los pétalos de todas las flores del mundo
cubrieron con ahínco sus pistilos.

Cuando mis ojos perdieron tu sombra
lloré hasta perder totalmente
la noción del tiempo
el sentido de la existencia
y la fuente de la alegría.

El resto de mis días
la vida siempre amaneció
del color de la tristeza.


P-Car