viernes, enero 31, 2014

Jardín espiritual




Describiendo con mis labios, los sueños que dibujan al alba mis sentidos… discrimino en tu mirada, la amenaza de trepadoras cegueras inauditas, devorando un cúmulo virginal de atardeceres ámbar, reposados en un cónclave de mares en calma.

Y me pregunto… ¿cuántos ocasos debemos esperar, para que el sol pierda el brillo de su fuerza y entonces el mar derroche su paz en la tormenta? …y… ¿cuántos amaneceres más sucederán en nuestras ventanas sin que los ojos del otro, caigan por el lado vacío de nuestra alma?  

Los sentimientos modulados no son poemas imaginados, no son sólo los ecos de un pasado… Son estrellas, sí, estrellas… que siempre han brillado rodeando su luna sincera, en un firmamento de verdades.

Existen momentos únicos en la vida, en que luego de entregar lo más depurado de nuestro bien, lo mejor es ceder confiados, el cuidado de nuestro jardín espiritual al rocío divino y aguardar brotes de luz celestiales, venciendo el apuro de nuestro ego, al que siempre… para todo lo trascendente… le falta tiempo.

Si mi corazón de poeta algo ha aprendido estos años, es que el inigualable y añorado séptimo sentido de la felicidad, es escaso y siempre apetecido en la profundidad de nuestra esencia sin manchas… como aquella pura y clara con la que nacemos, cuando aún nadie ha herido nuestro pequeño gran mundo interno.

Y también he aprendido que hay ecos que se hacen versos eternos… pero que existen otros que involucionan a suspiros, porque, en la memoria de un mañana, nunca… nunca debieron ser destino.



P-Car



miércoles, enero 29, 2014

Destemplanza



Destemplada y sin brío
quise inquirir el olvido
pero él, con su poder ineludible,
me inquirió a mí.

Con mis fieles alas mutiladas
y una fisura aún sangrante en el pecho
observé alrededor de mi cuerpo
en cientos de mohosas estacas
tu nombre grabado con hierro.

Sin más que hacer, lloré
recordando el tiempo pionero
-y todo lo que fui-
antes de hallar tu mirada
y el viento silenciara las campanas.

Entonces alcé bandera blanca
y busqué en mi mente
un rincón oculto de la intemperie
de este bohemio día sin ley
en que la muerte celebra en mi alma.

Sí… y es que hoy
con tu ausencia sonando cadenas
sufrí mi enésimo entierro
en las tierras donde mi árbol primogénito
con tu mano fue tallado -herido-
de vanas promesas.



P-Car

domingo, enero 19, 2014

Soñé


Soñé tanto con ser tu amor
eclipsados tú y yo
del corazón.
Lo fui.

Soñé con tu cuerpo para mí
placiendo derroches de miel
durante noches eternas
Mío fue.

Soñé en mi seno sostener tu alma
susurrando a mi vientre:
de un amanecer al siguiente
le hablabas de amor
suavemente.

Entonces a soñar me atreví  
que me amarías sin fin
sin imaginar que
para amarte a ti…
esa pasmosa dilatación de mi sueño
nunca debió existir.



P-Car