lunes, julio 30, 2012

Oro y zafiro



Aún me pregunto
¿por qué fui malherida?
bajo el reventar de las olas
de un océano calmo…

que se fundía cada atardecer
con el oro y el zafiro del cielo
al final del horizonte.

En un ocaso inédito
un maléfico silencio negro
enturbió sus aguas cristalinas
y en la inocencia del infinito
rompió sus espejos.

Acerqué una caricia
y al murmurarle mi prosa
me azotó contra el roquedal
sin sentido, una y otra vez…

hasta perder la noción del tiempo
y herir mi cuerpo y mi rostro
desfigurando mi sonrisa.

Mientras sujeto mi corazón
no siento el tacto de mi piel
cuando mueren mis latidos
que no pueden comprender.

A veces sueño tocar de nuevo
por un instante la espuma
en un pedazo de arena
donde alguna vez fui sirena.

Bien puedo recordar
que yo caminaba en paz
recreando la poesía de mi vida
en el rocío, en el amor del alma
y en el sol que feliz se hundía
en ese adorable mar.

Aún me pregunto ¿por qué…
fui tan malherida?


P-Car

domingo, julio 29, 2012

Uno de mis favoritos

Hoy, como otras veces, hice un paseo por algunas de mis queridas letras y de nuevo escogí este pequeño y antiguo poema, como "uno de mis favoritos" o más bien dicho "preferido". Quise compartir con mucho cariño este sentimiento y renovada emoción con Uds. Un abrazo apretado desde aquí, desde mi rincón, que es parte de mi vida, de mi alma, de mi sentir, de mi MI POESÍA. Paty



viernes, julio 27, 2012

La más bella flor


Observo conocidos pétalos
que los eleva el rigor del viento
para luego caer descoloridos
-sin voluntad alguna-
sobre la renombrada lápida
de las historias muertas
entre sombras sin prosas.

¿A qué vienes destino albo?
quizás a elucubrar en traje formal
con mirada solemne hacia el cielo
el luto excesivamente oscuro
que con garúa negra moja la palidez
de tu intrépida inocencia.
¡Esta vez no te escucharé!

¡Y basta de ausencias poema!
no procuraremos más las notas
en la partitura equivocada de la vida
que filas de violines emigraron
tocando la música de mis sueños
al ministerio de la eternidad.
Allí descansarán en paz.

¡Ay… latidos de mi corazón!
de ti están naciendo hilachas frías
cuales enjambres de tristezas
que me atraparán por trozos la piel
hasta trizarla entera en esta soledad
mientras las penas de mi alma
absortas lloran la deslealtad.

No te asustes miedo mío…
que sí, se sobrevive al olvido
y también a este corte en el pecho
por donde exhalan mis suspiros
dañando más aún la herida…
que así la laven muchas lágrimas
jamás la han de cerrar.

Labios lacrados con sangre y
espíritu en insuperable desaliento:
durante un siglo de sentencia
de este destilado mutis del silencio
hemos de sentir deshojarse una y otra vez
con agudo pero valeroso dolor
…la más bella flor.

P-Car

jueves, julio 26, 2012

A ratos


A ratos necesito pensarte
e intentar descifrar tu mirada.
Estoy en una esquina descuadrada
de mi inducido cautiverio poético
donde abatida… apenas vislumbro
la imprecisa orilla del mar.

Imagino trazos verticales
cual asesina lluvia negra
arrancando de raíz tus alas caídas.   
También tu entumecida silueta
desconociendo lo erguido
pisando un olvido sin cimientos.

Por un escaso momento sonrío
creyendo que alguna vez
con desnudez de sentimientos
y necesitando verdades…
reconstruirás con ansias lo deshecho
y de nuevo querré ser…
la princesa de tu imperio
durmiendo asidua a tu cuerpo
en la madrugada del día siguiente
a vencer la noche solitaria.

Me rompe el alma
saber que un malogrado misterio
del cielo se apoderó
robando la luna y el arcoíris
junto a nuestra bella esperanza
pintada en la extensa estela
de mil luceros:
Estaremos colmados de vacíos…
al requisarnos el infinito querido.

Hoy huelo el síndrome de la inercia  
entre dos, que mudos se neutralizan
ignorando la vibración del destino
de devolver sus mundos individuales
a la música del universo.

El tiempo bien sabe
que la soledad envejecerá
sujetando pesadas alforjas
llenas de preguntas inexistentes
culpa de voces con súbitas muertes.

Y así es que a ratos,
en un presente insistente de tristezas,
con heridas aún gimiendo…
te pienso… y tengo la certeza que
aunque existiese el milagro de borrarlo todo
nada haría por quitar el recuerdo
porque soy incapaz de deshacer
la imagen de tu rostro enamorado
cuando acercándote a mis labios
me decías te amo.

Si esta noche regresan las estrellas
volveré a mirar hacia lo alto
y quizás al alba comience a dejarte ir
al lugar que elijas 
en silencio.


P-Car