domingo, junio 05, 2011

Mi amigo, el difunto


Está todo tan al revés
que el dos de noviembre
de cada año que pasa
viene mi amigo, el difunto,
el que repito ¡está muerto!
y tapado con su mortaja
deambula varios kilómetros
desde el cementerio a mi casa
para dejar una flor en mi puerta
y rezar una oración por mi alma.


P-Car

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